Como “áreas de protección ambiental” deben entenderse no solo aquellos sitios que ya tiene algún estatus o norma de protección que las regula, sino también los que, por distintas razones (p.e. ecológicas, arqueológicas, paleontológicas, hídricas y/o como espacio de esparcimiento o recreación ciudadana), se consideran de interés para su conservación.
En este sentido se pretende consolidar el estudio y conocimiento sobre estas áreas, todo ello tendiente a que en un mediano plazo pueda conformarse un sistema de áreas de protección ambiental dentro de la Cuenca.
En este marco se realizan relevamientos en campo, mapeos, informes diagnósticos, estudios específicos, monitoreos, mesas de trabajo, entre otras tareas, con eje en la articulación intra e interinstitucional, así como interjurisdiccional.
Las acciones se focalizan en las reservas naturales de la Cuenca Media, es decir, Santa Catalina, Laguna de Rocha y Bosques de Ciudad Evita, las que en su conjunto conforman la mayor extensión destinada a conservación ambiental, aunque no exentas de presiones territoriales y conflictos socioambientales. Además, dada la relevancia ecológica que poseen los humedales en la recomposición ambiental de la Cuenca, se trabaja en su inventario y el estudio de su funcionamiento hidrogeológico, como insumos para el ordenamiento ambiental del territorio.
